Los hay que no saben mucho, por no decir nada, de casi nada, excepto una cosa, eso sí, esa la saben siempre: "Qué es lo que harían si estuviesen en nuestro lugar".

lunes, 11 de junio de 2012

Un esfuerzo para crear opinión. La NUESTRA

El aislamiento como opción personal, y siempre que se mantenga dentro unos parámetros temporales de control, es, sin duda, uno de los estados vitales más placenteros a los que puede tener acceso una persona. Vivimos rodeados de interferencias, nosotros mismos en algún momento somos una para los demás.
Compartir grupo no debería significar mimetizarse con él. Una vez más el límite temporal es necesario; de otra forma hablaríamos de manada.

Qué poco tiempo tenemos, o qué poco dedicamos, para detenernos a contemplar lo que nos rodea, y lo que nos envuelve, - aunque el envoltorio nos haya venido impuesto- y cuando digo contemplar, quiero decir, observar, sin interactuar.

Y qué decir de nuestra vida interior….Esa, nos la han robado, está secuestrada. Nos dicen lo que tenemos que pensar; y pensamos que vamos a hacer lo que queramos -. Mecanismo de autodefensa inherente a los seres humanos-.

Bien, me pregunto, ¿Hemos decidido nosotros vivir en este estado de incertidumbre que lo inunda todo, desde la primera luz de la mañana hasta la oscuridad de la noche? Sí, ya se, la incertidumbre forma parte de la vida. Sí, pero ésta no; ésta paraliza, atemoriza, crea angustia, instala el miedo. Y miedo, mucho miedo es lo que salpica la vida “social” de hoy en día. Al hablar de vida “social”, también me refiero, como no, a esa nueva forma de socializar que son las llamadas redes sociales.

Instalado el miedo, estamos a la intemperie, a merced de los elementos, paralizados para buscar resguardo, y predispuestos a escuchar cualquier canto de sirena, o dejarnos arrastrar por quien nos ofrezca un elixir milagroso. Al miedo y a la parálisis le siguen, o mejor dicho, camina a la par, el egoísmo fruto del instinto de supervivencia; y... ya, los maniqueos que nos llevaron hasta aquí, nos tienen a su merced, ya pueden diseñar y poner en práctica ¿su nuevo sistema?

Cada vez mis aislamientos tienden a ser más largos, me decía un buen amigo, la situación obliga. Y le entiendo, eso sí,  sin que se encienda la luz roja indicadora del tiempo. Es un momento, en el que se hace necesario buscar las propias conclusiones, sin interferencias, sino me temo que existe grave riesgo de estampida, circunstancia que se produce cuando la manada ha sido asustada por algo, y generalmente, ésta se lleva todo por delante.

Ya tenemos algo para pensar, algo más: Nos han rescatado, - “Ayuda para sanear el sistema financiero” según varias fuentes -. ¿Eufemismo?, ¿Broma?, ¿Tomadura de pelo?, ¿Ayuda de verdad?

1 comentario:

  1. Creo, Jorge, que más que decidir vivir en este estado de incertidumbre, la mayoría optamos por ser inconscientes de lo que nos rodea y no nos afecta directamente. De ahí que a la hora de afrontar momentos difíciles como éstos en los que nos encontramos, el recurso más común sea echarle la culpa al otro.
    Me preocupa el aumento en tu necesidad de aislamiento, pues eres una de las personas con mayor consciencia social que conozco.
    Un abrazo, amigo.

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